¿Cómo calcular la cantidad de leche ideal?

Doctor, por si eran pocas las dudas que teníamos desde que nació el bebé ahora nos surge una más. Resulta que en el bote de leche pone que a partir del mes el bebé tiene que tomar 120 ml. Con Marina, que cumplió el mes ayer, nos cuesta la misma vida que se lo tome. Los primeros 90 ml los tomá bien pero los últimos 30 ml son una odisea. Rechaza el biberón. Nosotros insistimos. El otro día, por insistir, acabó vomitando y ahora no sabíamos cuánto había vomitado y cuánto más le debíamos dar. ¿Qué debemos hacer en esos casos?”

Mira que me he encontrado que algunos padres traen meticulosamente recogidas las temperaturas de sus niños cuando tienen fiebre en tablas de excel, hasta con representaciones gráficas, pero he de reconocer que que esa situación me superó.

Tuve que responder:

Pues sí, verdaderamente tenemos un problema y muy complejo. Porque todavía lo de que le cueste mucho trabajo tomarse el biberón es cuestión de paciencia pero hay que intentarlo. El problema real es cuando además vómita. Tendré que investigar si existe algún artilugio que sirva para recoger y medir le volumen del vómito para restar y saber cuanto se ha quedado dentro”.

¡¡Por dios, qué estamos haciendo con la crianza!! ¿Qué creemos, que los niños son robots?, ¿que siempre comen a la misma hora y la misma cantidad?

Si somos capaces de cuidar mascotas de distintas especies, ¿por qué nos cuesta tanto criar un niño?

Es tan fácil como darle:

LO QUE QUIERA Y CUANDO QUIERA, es decir, A DEMANDA.

Pero eso de a demanda era para el pecho, ¿no? Los biberones nos han dicho que eran cada 3 horas”.

Pues no, eso de a demanda es tanto para el pecho como para el bibe.

Los fabricantes de leche artificial pretenden conseguir un producto lo más parecido a la leche materna, incluso en las calorías que aporta. Es decir a mismo volumen de leche las calorías son similares.

¿Y si no se despierta por la noche?”

Pues eso, disfrutad y aprovechad para descansar que las “malas noches” vienen solas, no hace falta buscarlas. Y creedme que vendrán y vendrán muchas. De aquí a unos meses vendréis a contarme que a ver qué hacemos para conseguir que el niño no se despierte”.

¿Y si a las dos horas está pidiendo?”

Responderé finamente: pues ajo y agua. Haberlo pensado antes. ¿Habéis visto a alguna

vaca, o gata, o perra, o ciualquier otra madre lactante con un reloj puesto para ver si ya “le toca comer a su cría? Pues eso. Es mucho más fácil de lo que pensamos es sólo INSTINTO. Si el bebé en una toma tiene más hambre y se pega un buen homenje es probable que aguante más tiempo o que en la siguiente toma coma menos, y viceversa, ¿no?

Ea, pues lleváis la fórmula para calcular la leche que debe tomar vuestro bebé:

¡¡A DEMANDA!! Es decir, LO QUE QUIERA Y CUANDO QUIERA.

Tenéis que saber que el instinto más básico que cualquier animal debe satisfacer es el hambre y la sed, que por cierto, para las crías de mamíferos ambas cosas van juntas. Por tanto, tened por seguro que si el bebé tiene hambre “se hará notar”.

Si tu bebé después de la toma se queda dormidito, o al menos tranquilo y va poniendo peso adecuadamente da igual la cantidad de leche que haya tomado.

Comparte esta información y ayudarás a frenar la angustia de muchas familias.

Doctor, ¿es usted partidario del Baby Led Weaning?

blw

Cada vez es más conocido y está más de moda pero para los que no lo conozcan el Baby Led Weaning (BLW) resumiré muchísimo diciendo que básicamente es un método de alimentación para introducir comidas sólidas, permitiendo que el bebé se alimente por sí mismo, sin usar cucharas y sin purés. Al bebé no se le dan los alimentos sino que se le ofrecen y es él el que va eligiendo qué comer, probando diferentes texturas y diferentes sabores. En uno de los proximos post lo desarrollaré con más detalle.

  • “Entonces, doctor, ¿es usted partidario del BLW?”
  • “¿Cómo?, ¿Qué si yo soy partidario? No se trata de que yo lo sea sino que ustedes como padres quieran utilizar ese método para ir introduciendo la alimentación diferente a la leche”.

Pienso que en todos los aspectos de la vida conviene que no veamos las cosas totalmente blancas ni totalmente negras. En general las cosas son grises, unas veces más claro y otras veces más oscuro, o mejor, de muchos más colores.

Las respuestas a estas dudas nunca pueden ser tajantes. No se trata de ser radical de una cosa. Todo depende de muchas circnstancias. En temas de alimentación no debemos ser tajantes, como ya expuse en este post sobre la lactancia materna o el bibe.

Yo, como pediatra, puedo informar, asesorar y, por supuesto, si esa es la decisión de los padres, apoyar para llevar a cabo el método.

El BLW es un método de alimentación más natural. Se trata de pasar de la leche al sólido como lo hacen el resto de los animales. La primera vez que le ponemos un trozo de pollo a un gatito lo toca, lo huele, lo golpea, se acerca, se aleja, … hasta que por fin decide comerlo. Pues eso mismo hacen los niños.

Es un método que requiere más paciencia y más seguridad por parte de los padres o cuidadores. Más paciencia porque lógicamente no es lo mismo meterle un puré a cucharadas bien colmadas que ir dejando que sea el bebé quien va chupeteando los trocitos de pera que le hemos cortado. Y más seguridad porque al ser la comida más sólida es más probable que en alguna ocasión tenga un atragantamiento.

De todas maneras, si hacemos correctamente el método BLW es un método SEGURO, peropara ello:

  • Debemos asegurarnos que el bebé ya es capaz de mantenerse sentado erguido.
  • NO ofrecer frutos secos e semillas enteras.
  • Cortaremos por la mitad los alimentos pequeños, como aceitunas o cerezas y quitaremos los huesos.
  • No dejaremos que nadie, salvo el propio bebé, ponga comida en su boca.
  • NUNCA dejar al niño solo mientras esté comiendo.

Realmente no es que se trate de un método hipernovedoso. Sería más bien retroceder unos años en la historia y hacer las cosas de una manera “más primitiva” (dire mejor más natural para que no suene mal).  En la antigüedad, los alimentos sólidos se le introducîan a los bebés intentando adaptar las texturas (se les ofrecía cosas blanditas, se les machacaba con tenedor u otros objetos la comida o incluso los adultos les masticaba los alimentos  en su boca y después se les ofrecía triturada).

Pero no podemos demonizar a los padres que alimentan a sus bebés con comida triturada. En cierto modo sería como ver al demonio en otras herramientas como el propio biberón. La humanidad es mucho más antigua que los chupetes, las turmix, los pañales, los biberones,… Millones de generaciones han sobrevivido sin estos utensilios, es decir, no son imprescindibles para la crianza de un bebé. Pero es igual de cierto que hoy día a nadie se le ocurre intentar hacer fuego frotando dos palos o machacando dos piedras. El primer biberón aparece en la Edad Media bajo la forma de un cuerno de vaca perforado y recubierto de ubre de vaca o de un trozo de tela enrollado. Pues eso, antes de esa época la leche se daba con vaso, con cuchara,… o como pudieran en cada cultura.

Es evidente que el objetivo final es que el niño coma sólido, coma solo, beba en vaso (no en biberón) y si desde pequeño lo hace lo incorporará de una más natural

Pero creo, sinceramente, que la clave está en ir “entendiendo” a cada bebé, ir satisfaciendo sus curiosidaes. Hay bebés que tienen mucha curisidad por el sólido y además lo comen muy bien (apenas se atragantan) y otros, sin embargo, rechazan el mínimo grumito.

Resumen: Cría y alimenta a tu bebé de la manera que más te permita disfrutar tu maternidad, pero sin perder la referencia del objetivo final, comer sólido, de lo contrario nos veremos con un niño de 7 años que sólo quiere comer purés.

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¿Y tú eres de teta o de bibe?

pechobiberon

Últimamente me he encontrado muchas madres con demasiado sentimiento de culpa por haber dejado de dar el pecho a sus bebés. “Lo he tenido que dejar porque en la última semana no me había puesto peso” me dicen mirando hacia abajo, como si estuviesen justificándose delante de un tribunal acusador.

A su vez me encuentro con muchas madres que sufren por seguir dando el pecho a sus bebés. Casi avergonzándose me cuentan otras: “Doctor, estoy muy agobiada porque mi niño de 20 meses no quiere desayunar, sólo me busca el pecho”.

En relación a esto os cuento otra de mis anécdotas recientes en la consulta:

– “Doctor, ¿tú eres de teta o de bibe?”

– “¿Cómo?, ¿Es que tengo que elegir? Soy pediatra e intento hacer lo que creo que es mejor para cada niño. Esa es mi función. Con respecto a alimentación del bebé considero la situación del bebé, el contexto familiar, y consensúo con la familia lo que creemos mejor en cada caso”.

Pareciera que hay que decantarse en todo: Betis o Sevilla, Real Madrid o Barcelona, PP o PSOE, blanco o negro, teta o bibe,…

Creo que eso no es bueno. En determinadas cosas conviene no ser “fanático”. Afortunadamente en la vida no todo es blanco o negro, existe una amplia gama de grises, o mejor, una infinita gama de colores. Todo depende de la óptica con la que se mire.

De todas maneras con respecto a lo de teta o bibe, en principio, parece fácil definirse: la mejor leche para un bebé es la leche materna, de la misma manera que la mejor leche para un ternero es la leche de vaca y la mejor leche para un cerdito es la leche de cerda. Esto es fácil de entender. No lo elegí yo. La naturaleza funciona así.

Pero de la misma forma la mejor madre para un gatito es mamá gata, para un perrito es mamá perra y PARA TU HIJO LO ERES TÚ.

Pero también es cierto que, gracias a la evolución, los humanos nos hemos ido adaptando y la mayoría de los niños toleran otros tipos de leche. De estos tipos de leche la más utilizada es la leche de vaca, por su parecido a la materna y por su relación calidad-precio. Pero cada vez más se están empezando a utilizar leche de otras especies animales como la leche de cabra o, leches vegetales (soja, almendra, arroz, …).

Me da mucha pena que una madre sufra por quitarle el pecho a su bebé. Me da, igualmente, mucha pena que una mamá sufra por continuar dándole el pecho a su bebé. Pero lo que más pena me da, realmente, es que este sufrimiento sea debido a un mal asesoramiento.

Hay demasiada gente (vecinas del 4º, cuñadas, abuelas, … e incluso pediatras) que sabe todo sobre la crianza de los niños. Algunas frases que todos hemos escuchado:

  • Pues en mi tiempo esto era así…”

  • Yo he criado a tres y lo mejor es….”

  • Señora, el pediatra soy yo, no me vaya usted a decir…”

  • …” (seguro que podríais añadir otras veinte similares).

Así que sólo quiero que recuerdes esto:

¡¡NO TE JUZGUES, NI DEJES QUE TE JUZGUEN, LA MEJOR MADRE PARA TU HIJO ERES TÚ!!

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¿Qué es peor la sal o el azúcar?

27 Mar 2008, Garnerville, New York, USA --- Assorted Junk Food --- Image by © Envision/Corbis

Es de sobra conocido que el abuso de cualquiera de las dos sustancias es perjudicial para la salud.

El consumo “excesivo” de sal se ha relacionado con muchas enfermedades pero básicamente con enfermedades cardiovasculares.

El consumo “excesivo” de azúcar se ha relacionado con muchas enfermedades como la caries, la diabetes y la obesidad. Conviene considerar la obesidad como una enfermedad para evitar todas sus consecuencias, puesto que será la epidemia que sufriremos los pediatras en los próximos años.

El colmo ha sido cuando esta mañana revisando el tema he encontrado un estudio en una de las revistas más prestigiosas de pediatría donde se constata que los niños que toman más alimentos salados tienden a consumir más bebidas azucaradas para calmar la sed, lo que aumenta el riesgo de obesidad infantil. Y no es un estudio aislado sino que hay otros estudios que encuentran datos similares. Los autores de los estudios observaron que cuanta más sal tomaban, mayor era su tendencia a beber bebidas azucaradas (zumos, refrescos, …) para calmar la sed. Estos autores consideran que si la cantidad de sal que toman los niños se redujese a la mitad (unos 3 gramos diarios menos), dichos niños tomarían una media de 2-3 bebidas azucaradas menos a la semana.

En otros post de este blog ya he hablado de errores muy frecuentes en la alimentación infantil. Podéis repasarlos pinchando aquí.

Sólo quiero hacer una reflexión:

Me encuentro a diario en la consulta familias superconcienciadas con la vacunación, que “sufre” si la vacuna se retrasa una semana de su fecha prevista. Sin embargo no tenemos ninguna conciencia del “veneno” que puede suponer la ingesta excesiva de sal o azúcar en la salud de nuestros niños.

Al principio del post entrecomillaba la palabra excesivo porque creo que ahí reside el problema. Lo que antes se consideraba una barbaridad hoy nos parece “lo normal”.

Hace un par de generaciones, los abuelos de hoy día, tomar un caramelo o un dulce era algo absolutamente excepcional. Para nosotros, la generación que nos toca ahora ser padres, se comían chuches los domingos. Sin embargo, hoy día, muchos niños consumen chuches (dulces y saladas) a diario.

Os pondré en situación. A ver si os suena:

  • Mami, hoy como es lunes y toca lácteos, yo quiero natillas”.
  • Papi, hoy es martes y toca bocata. Llevaré un bocata de pan bimbo con nocilla. Por cierto, quiero también un zumo que luego tengo sed en el recreo”.
  • Hoy es miércoles, como toca fruta y no quiero pelarla, llevaré un tetrabrick de fruta triturada”.
  • María, como hoy toca dulces caseros, te he echado en la mochila el bizcocho con mucho chocolate que hicimos ayer. ¡Ah, también te he echado un zumo para el recreo!”.
  • Julia, hoy es viernes, puedes llevar lo que quieras. Como te has portado muy bien durante la semana te he echado dos huevos kinder”.

Y esto es intentando cumplir el horario del cole… Ya de las meriendas y las cenas ni hablamos. Son alimentos de uso diario bollería, pizzas, zumos envasados, refrescos, … Y encima hay que sumarle el sedentarismo de nuestros niños.

Comparte este post si piensas que debemos fomentar el ejercicio físico en nuestros hijos y disminuir la ingesta de sal y azúcar.

¿Qué agua es la mejor para preparar biberones?

AGUA BI

Hasta lo más simple nos plantea dudas a la hora de cuidar nuestro bebé.

¿Necesita agua nuestro bebé?, ¿cuánta necesita?

Como ya vimos en este post, en condiciones normales, si un bebé toma pecho o biberones bien preparados (1 cacito raso de polvo de leche por cada 30 ml de agua) no necesita más agua. En determinadas condiciones donde haya una pérdida extraordinaria (vómitos, diarrea, sudor excesivo,…) sí podría ofrecerse agua extra.

Pero las dudas continúan.

¿Puedo utilizar agua del grifo para preparar el biberón?

Como norma general debemos considerar que si en la zona donde vivimos el agua del grifo es potable, puede ser utilizada para el consumo humano y para la preparación de biberones.

Pero, ¿debe hervirse?

Con el sistema de cloración es ABSOLUTAMENTE IMPROBABLE que el agua esté contaminada por virus o bacterias, por tanto, NO SERÍA NECESARIO HERVIRLA.

Pero debemos considerar que las leyes españolas no obligan a detectar parásitos. Es por esto que hay quien recomienda hervirla.

Si el agua se hierve durante más de 5 minutos puede aumentar la concentración de nitratos, que no son recomendables. Por este motivo, si se hierve el agua, la OMS recomienda que sea durante aproximadamente un minuto. Y, por supuesto, se debe dejar enfriar hasta que esté tibia antes de añadir el polvo de la leche.

Si se calienta en microondas, debemos agitar bien el contenido  y comprobar SIEMPRE la temperatura de la leche antes de dársela al bebé, ya que el calentamiento no es uniforme y podemos provocar quemaduras.

¿Qué agua mineral es mejor?

Ya hemos visto que NO necesariamente, salvo que vivas en una zona de España cuya agua una cantidad demasiado elevada de sales minerales y sustancias que no son adecuadas para el organismo del bebé. Puedes consultar aquí  las características de las aguas de España.

Si se utiliza agua mineral es recomendable que el agua sea de mineralización débil, es decir, cuanto menos sodio, potasio, cloro,… contenga mejor, ya que así el riñón de tu bebé tendrá que trabajar menos para depurar.

El agua mineral no será necesario hervirla siempre y cuando la manipulemos bien (no chupar la boquilla,…)

Existen muchas aguas minerales en el mercado que indican en la etiqueta su idoneidad para la preparación de biberones. De todas maneras, si tienes dudas, puedes consultar la composición de las aguas embotelladas pulsando aquí.

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¿Los yogures adaptados para bebés son recomendables?

“Doctor, como mi bebé de 6 meses ya está comiendo las verduritas y la fruta, ¿le puedo dar un yogur adaptado para bebés de postre?”

Las familias que me habéis hecho esa pregunta, que sois muchas, me habréis escuchado decir: “¿Tanto dinero sobra?, pues más vale que os lo gastéis en vacunas o en otros productos para seguridad del bebé”.

La conclusión de todo lo que voy a exponer, por si te resulta pesado es:

Si quieres darle un postre a tu bebé de 6 meses, lo mejor es darle el pecho (y si no un poco de bibe). Y si tu bebé tiene ya 8-9 meses y quieres darle yogur, dale un yogur normal (mejor natural). El dinero que se ahorre lo puede utilizar para otras cosas, por ejemplo, vacunas.

Intentaré aclarar el porqué de esta conclusión:

La leche es alimento principal de un bebé. De hecho, la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, es la “única verdad absoluta” en la alimentación de un bebé. A partir de entonces, casi todo es discutible y negociable. Hay quien comienza por los cereales, otros por la fruta… y adie podríamos decir que lo hace mejor ni peor que nadie. La mayoría de las veces son costumbres de una determinada sociedad, o incluso de un determinado pediatra.

Como ya vimos en el post de “Las leches”, miles de años de evolución han hecho que los humanos toleremos bastante bien la leche de vaca. Pero la leche de vaca “normal” tiene muchas proteínas y muchas sales, por lo que no se recomienda tomar de leche de vaca como tal hasta el año de vida.

Las empresas que se dedican a fabricar alimentos para bebés han conseguido, con bastante exactitud, crear fórmulas lácteas bastantes parecidas a la leche materna. El proceso fundamental en la elaboración de estas leches consiste, aparte de “enriquecerlas” con hierro y otras sustancias, en reducir el nivel de proteínas (la leche materna contiene unos 0,9 g de proteínas por cada 100 ml  mientras que la leche de vaca tiene unos 3,3 g por cada 100 ml).

La leche artificial de inicio (tipo 1) contiene aproximadamente entre 1,2-1,4 g por cada 100 ml y la leche artificial de continuación (tipo 2) contiene aproximadamente entre 1,5-2,2 g por cada 100 ml.

Hasta aquí podemos estar bastantes satisfechos con los productos elaborados.

Pero, la pregunta de hoy es ¿Qué aportan de extraordinario los yogures adaptados para bebés?

Hay muchas más, pero creo que las dos principales “mentiras” de estos productos son:

  • Se publicitan como si estuviesen hechos con leche de continuación y, sin embargo, tienen aproximadamente 3,5 g de proteínas por cada 100 g (¡¡incluso más que un yogur natural normal!!), es decir, demasiada cantidad de proteínas para un bebé.
  • Están “enriquecidos” con hierro y otros nutrientes. Las propias empresas publicitan estos yogures para niños mayores de 6 meses, es decir, para niños que han iniciado la alimentación complementaria. A esta edad los bebés han comenzado a diversificar su alimentación (frutas, verduras,…) y lo que le pudiera faltar a la leche de vaca “normal”, lo lleva el resto de la alimentación.

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Las leches.

Una de las frases que escucho a diario varias veces en la consulta:

Doctor, estamos muy preocupados porque Laurita ya sólo toma 2 biberones al día de 180 ml y antes tomaba 5 tomas de 240ml. ¿Está tomando suficiente leche? Es que he escuchado que los niños deben tomar, al menos, medio litro de leche al día”.

Sí, otra vez la leche en el punto de mira.

Aclaremos algunos conceptos sobre la leche:

Entender este tema es muy sencillo si nos fijamos en lo que hacen otras especies de mamíferos criados en libertad, donde se expresa solamente el instinto de supervivencia y no hay otros factores que influyan (modas, falsos mitos, intereses comerciales,…)

Algunas premisas básicas son:

  • La leche es el alimento ESENCIAL en los primeros meses de la vida para cualquier mamífero.
  • Cada especie toma su propia leche. Ya sabéis, no es habitual ver a un leoncito mamando de una jirafa.
  • La leche de cada madre se va adaptando, día a día, a la edad de la cría.

Naturalmente, la mejor leche para los humanos es la LECHE MATERNA. Podéis ver otros post que ya he escrito sobre los la lactancia materna: sus beneficios, falsos mitos,

Hace muchos miles de años, las civilizaciones comenzaron a asentarse y se comenzaron a domesticar los animales. Comenzó a ser más cómodo ordeñar a la cabra que salir a cazar. Este fue el inicio de la lactancia artificial. Miles de años de evolución han hecho que la especie humana tolere bien la leche de otras especies.

En los últimos años se utiliza sobre todo la leche de vaca porque desde el punto de vista nutricional es la que aporta unos nutrientes más adecuados a los humanos y porque la facilidad de producción y los costes son asumibles.

Está demostrado que, para cuando no es posible la lactancia materna, la lecha más adecuada para un bebé es la leche de vaca adaptada: la tipo 1 (leche de inicio) hasta los 6 meses y la leche tipo 2 (leche de continuación) hasta los 12 meses. Estas leches se ajustan con mucha exactitud a las necesidades nutricionales de cada una de estas edades.

Pero, ¿qué hay de las leches de crecimiento (tipo3)?

Cada vez está más fraccionado el mercado de las leches. A este paso aparecerán leches para rubios, para rubias, para altos, para bajos,… Ciertamente, estas leches de crecimiento, como alimento individual, se adaptan mejor que le leche “normal” de vaca a los requerimientos nutricionales de un niño de esta edad. Pero hay que considerar que a esa edad el niño debe recibir una dieta variada y saludable con lo cual darle una leche de crecimiento “sería redundante”. Esto no es sólo una opinión personal sino que la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea se ha pronunciado en este mismo sentido como podéis ver pinchando aquí.

Las modificaciones que hacen los laboratorios para adaptar estas leches hacen que pierda su “buen sabor” por lo que para compensar suelen añadir azúcares o miel, con el consiguiente riesgo de caries. Además estas leches suelen ser caras. Más vale ahorrar en esas leches e invertir ese dinero en vacunas u otras cosas necesarias para la crianza de nuestros niños.

Por tanto la leche más adecuada a partir del año de vida es la leche semidesnatada “normal”, junto con una dieta variada.

¿Cuál es el mínimo de leche que debe tomar un niño?

A partir de esa edad no hay una cantidad mínima necesaria que se “deba” tomar. Volviendo al razonamiento de la naturaleza nos ofrece, ninguna cría de mamífero una vez que se desteta vuelve a tomar leche el resto de su vida.

Como norma general, y valorando la evolución y nuestras costumbres, se aconseja que los niños a esa edad tomen entre dos y tres raciones de leche al día. Pero debemos contar todos los lacteos (batidos, yogures, natillas, queso, pizzas 4 quesos, “bio-frutas”, …)

¿Y existe una cantidad máxima de leche que puedan tomar?

Estrictamente NO. El problema, como ya vimos en el post de algunos errores frecuentes en la alimentación es que si un niño toma demasiada leche:

  • El niño tendrá tendencia al estreñimiento porque la leche es “pobre” en fibra y “rica” en calcio: esta es la combinación ideal para estreñirse.
  • Tendrá tendencia a tener una ferropenia (hierro bajo) e incluso anemia, ya que la leche es una alimento “bajo” en hierro y además el calcio de la leche impide la absorción del hierro del resto de los alimentos.
  • La dieta será muy monótona y poco variada, ya que saciará su apetito con los lácteos y comerá menos de otros grupos de alimentos también necesarios y muy recomendables (frutas, verduras,…)

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Las salchichas NO producen cáncer.

Pena me da el uso que en ocasiones se les da a las redes sociales.

Puedo entender que un buen titular de una noticia o un post puede hacer que alguien te lea o no te lea, y entiendo que el trabajo de muchos periodistas, especialmente los becarios, depende precisamente de esto.

Pero creo que hay límites que no se pueden sobrepasar. Es decir, los canales informativos NO pueden servir para desinformar y alarmar. Ya este verano ocurrió con un post sobre al ahogamiento secundario que rápidamente se viralizó por las redes, y que yo también traté de poner cordura en este post.

Voy a intentar aclarar en muy pocas palabras que es lo que ha pasado en esta ocasión con lo de “las salchichas producen cáncer”

La Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC) es un grupo de laOrganizaión Mundial de la Salud (OMS) que se dedica a la clasificación los carcinógenos.

Esta clasificación establece, como veis en la siguiente imagen, diferentes grupos según la relación que se haya podido demostrar según los estudios que se hayan realizado sobre determinado producto cancerígeno. Por tanto, puede haber productos muy cancerígenos, pero si no hay estudios que lo avalen, NO aparecerán en ese grupo de la clasificación.

Que las carnes procesadas estén en le grupo 1 sólo significa que hay estudios que han relacionado la ingesta de ese tipo de productos cárnicos con algún tipo de cáncer, pero en ningún momento se habla de dosis en esta clasificación.

Así que el problema no es el producto en sí, sino la dosis. A nadie se le escapa que no es lo mismo fumar un puro en la boda de un amigo que fumar tres paquetes de tabaco al día, no es lo mismo dar un paseíto de media hora al sol a la caída de la tarde que achicharrarse repetidamente al sol, no es lo mismo tomar una copa de vino comiendo que beberse diariamente cinco wiskies.

Creo que la comunidad científica tenemos la obligación de decir la verdad, de informar: no hay ningún estudio científico que haya demostrado la carne procesada consumida con moderación produzca cáncer. No conoceréis a nadie que tenga un cáncer por haber consumido alguna vez una hamburguesa.

Comparte esta información para evitar que se sigan difundiendo mensajes sensacionalistas en las redes sociales.

Desterrando falsos mitos: ¿qué es más sano el tomate natural, el tomate frito o el ketchup?

 

tomate naturalTomato ketchup falling from bottle

Ya he hablado en alguna ocasión sobre errores frecuentes en la alimentación infantil.

Hoy quiero explicar en este post las diferencias fundamentales en las diferentes formas de tomar tomate y los falsos mitos que hay a este respecto.

Pareciera, a priori, que la respuesta de qué forma de tomate es más sana sería por orden: tomate natural, después tomate frito y, por último, la salsa de tomate ketchup. Nada más lejos de la realidad.

El consumo de ketchup ha aumentado exponencialmente en los últimos años, los niños le ponen ketchup casi a todo. Solemos relacionar el consumo de ketchup con la “comida rápida” o “comida basura” pensamos que el ketchup es también parte de esa “comida basura”.

Hay que decir que el tomate en sí es “muy sano” porque aporta muchos nutrientes al organismo, como folatos, carotenos, vitaminas E y C y licopenos. Es precisamentente debido al contenido en licopenos por lo que se considera que es un alimento antioxidante con la capacidad de reducir distintos tipos de cáncer.

En las conclusiones de los estudios realizados a este efecto se afirma que, dentro de los derivados del tomate, es en el ketchup donde se encuentran los mayores niveles de concentración de licopeno (hasta 25mg/100g), muy por encima de otros como el gazpacho (menos de 5mg/100g), o la salsa de tomate, zumo de tomate, tomate triturado o tomate pelado. El licopeno también está presente en el tomate fresco, pero en cantidades menores al ketchup. Hay que decir, también, que el tomate natural contiene otros antioxidantes que no contiene el ketchup, aunque no tan potentes como el licopeno. Podríamos decir que el ketchup es “tomate hiperconcentrado” ya que para la producción de 100 gramos de ketchup, por ejemplo, de ketchup Heinz, son necesarios 126 gramos de tomate.

Por el tipo de procesamiento del tomate en sus distintas elaboraciones se ha visto que el calentamiento que sufre el tomate para la elaboración del ketchup disminuye el tamaño de la matriz que contiene el licopeno por lo que se favorece su absorción, es decir, el ketchup contiene más licopeno y además se absorbe mejor. Podemos decir, por tanto, que el ketchup es muy sano.

Con respecto a las cantidades diarias recomendadas, se considera que puede ser adecuada, para ejercer su efecto beneficioso una ingesta diaria de 7-10 mg de licopeno. Estas cantidades se consiguen con una ingesta de una ración de gazpacho ó zumo de tomate de 250 ml (1 vaso), 100g de salsa de tomate ó 3 raciones de 10ml (3 bolsitas) de ketchup.

Este post no puede ser una “alegoría al ketchup”. Debe ser consumido con moderación ya que además de licopeno contiene sal y altas cantidades de azúcar.

Comparte esta información si la consideras interesante.

¿La leche produce mocos?

 

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias por esta pregunta “me veo obligado a escribir” este post.

Tengo que reconocer que la primera vez que escuché la pregunta, hace unos años, no hice mucho caso. Pensé que era la observación puntual de una madre. Traté de explicarle: “Todo se debe a una simple coincidencia en el tiempo. Los bebés son muy mocosos y, a esa edad, leche es uno de los alimentos más presentes en su dieta, pero eso no significa que la leche produzca moco”.

En todo el tiempo estudiando la carrera de medicina y en todo el tiempo haciendo la especialidad de pediatría ninguno de “mis maestros” me había enseñado nada de eso. Yo tampoco recordaba haber estudiado en ninguna asignatura nada que relacionase la leche con la producción de mucosidad.

La curiosidad empezó a picarme cuando la pregunta se empezaba a repetir demasiado frecuentemente para ser la “observación puntual de una madre”.

Tuve que investigar sobre el tema. Lo cierto es que no encontré ningún artículo reciente ni antiguo que demostrara la asociación entre el consumo de leche y la producción de mocos. Lo que sí encontré en esa búsqueda es que esa creencia provenía de determinados grupos naturistas, anti-leche. Estos grupos se apoyaban en algunos estudios que demuestran que la leche, efectivamente, aumenta la mucosidad a nivel digestivo, pero en ningún caso a nivel respiratorio. Además, incluso, parece que esa mucosidad producida a nivel digestivo tendría un papel protector frente a determinados tipos de cánceres digestivos.

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias sobre “¿la leche produce mocos?”, he actualizado mi búsqueda y , tengo que decir, que a día de hoy seguimos sin ninguna evidencia científica que avale esa asociación.

Podemos hablar mucho sobre algunos problemas que puede producir la leche, sobre todo si se toma en exceso, como son el estreñimiento, la intolerancia a la lactosa, … pero a día de hoy no podemos decir que la leche produzca moco a nivel respiratorio.

Así que de momento lo que nos queda a los pediatras, y padres, con respecto a los mocos de nuestros hijos es “aceptarlos como animal de compañía” y hacer lavados nasales frecuentes, como ya comenté en otro post.

Si piensas que esta información puede ayudar a otros padres, compártela.