¿Qué agua es la mejor para preparar biberones?

AGUA BI

Hasta lo más simple nos plantea dudas a la hora de cuidar nuestro bebé.

¿Necesita agua nuestro bebé?, ¿cuánta necesita?

Como ya vimos en este post, en condiciones normales, si un bebé toma pecho o biberones bien preparados (1 cacito raso de polvo de leche por cada 30 ml de agua) no necesita más agua. En determinadas condiciones donde haya una pérdida extraordinaria (vómitos, diarrea, sudor excesivo,…) sí podría ofrecerse agua extra.

Pero las dudas continúan.

¿Puedo utilizar agua del grifo para preparar el biberón?

Como norma general debemos considerar que si en la zona donde vivimos el agua del grifo es potable, puede ser utilizada para el consumo humano y para la preparación de biberones.

Pero, ¿debe hervirse?

Con el sistema de cloración es ABSOLUTAMENTE IMPROBABLE que el agua esté contaminada por virus o bacterias, por tanto, NO SERÍA NECESARIO HERVIRLA.

Pero debemos considerar que las leyes españolas no obligan a detectar parásitos. Es por esto que hay quien recomienda hervirla.

Si el agua se hierve durante más de 5 minutos puede aumentar la concentración de nitratos, que no son recomendables. Por este motivo, si se hierve el agua, la OMS recomienda que sea durante aproximadamente un minuto. Y, por supuesto, se debe dejar enfriar hasta que esté tibia antes de añadir el polvo de la leche.

Si se calienta en microondas, debemos agitar bien el contenido  y comprobar SIEMPRE la temperatura de la leche antes de dársela al bebé, ya que el calentamiento no es uniforme y podemos provocar quemaduras.

¿Qué agua mineral es mejor?

Ya hemos visto que NO necesariamente, salvo que vivas en una zona de España cuya agua una cantidad demasiado elevada de sales minerales y sustancias que no son adecuadas para el organismo del bebé. Puedes consultar aquí  las características de las aguas de España.

Si se utiliza agua mineral es recomendable que el agua sea de mineralización débil, es decir, cuanto menos sodio, potasio, cloro,… contenga mejor, ya que así el riñón de tu bebé tendrá que trabajar menos para depurar.

El agua mineral no será necesario hervirla siempre y cuando la manipulemos bien (no chupar la boquilla,…)

Existen muchas aguas minerales en el mercado que indican en la etiqueta su idoneidad para la preparación de biberones. De todas maneras, si tienes dudas, puedes consultar la composición de las aguas embotelladas pulsando aquí.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para algunas familias.

 

Los Reyes Magos NO son los padres.

Creo que en el post Diez frases que no debes decirle JAMÁS a tu hij@, podría añadir una más, que es: “los Reyes Magos son los padres”.

No quiero decir que haya que engañarles. Una vez que lo descubran habrá que intentar hacerles entender que todo “el engaño” era por mantener una bonita ilusión. Para entender esto puede ayudar hacerles cómplices de mantener el secreto respecto a otros hermanos o primos más pequeñitos.

Pero ese día se habrá ido al traste una de las mayores ilusiones que tiene un niño, se habrá desvanecido para siempre la noche más mágica para ellos: la noche de los Reyes Magos.

Esa noche que les decimos que deben ir tempranito a la cama y que les resulta casi imposible conciliar el sueño porque están absolutamente emocionados tras haber visto a los Reyes Magos en la cabalgata. Esa noche que no paran de pensar cómo harán los Reyes para llegar a tiempo a la casa de todos los niños. Esa noche en la que nos ayudan a dejar en la mesa del salón tres copitas de anís y una bandeja de polvorones para Sus Majestades y que “mágicamente”, a la mañana siguiente, están prácticamente vacías y, al lado, varios envoltorios de los polvorones y sus migajas. Esa noche en la que todos hemos tenido, en algún momento,  la sensación de haber visto la capa de un Rey Mago que se marchaba rápidamente de nuestra casa. Esa noche en la tu hijo deja los zapatos bajo el árbol de navidad con la seguridad que a la mañana siguiente los encontrará llenos de caramelos.

Esa noche…  y también ese día, el día de Reyes.

Ese día que tu hijo se levanta y corre emocionado hasta el árbol de Navidad para ver sus regalos. Ese día que su cara es una explosión de emociones mientras abre los regalos. Ese día que tu hijo te dice “mira papá, se han bebido el anís y han comido algunos polvorones…” y sigue abriendo regalos ingenuamente. Y vuelve al árbol y grita: “mira, y me han llenado los zapatos de caramelos…”

Sí, todo se habrá ido al traste tras descubrir “el engaño”. Ya nunca será igual. A partir de ese momento el día de los Reyes Magos pasa a ser un día más en el que reciben y/o recibimos regalos (como en el cumple, como en el santo, como en San Valentín,…). Un día más, con más carga comercial y consumista que otra cosa. Otro invento de la sociedad de consumo.

Ya nunca se vuelve a disfrutar igual el día de  los Reyes Magos…

Bueno, perdón, sí que se puede volver a disfrutarlo, y quizás más que antes, cuando uno se convierte en el Rey Mago. Todos los padres (también titos, abuelos,…) que lo habéis experimentado ya sabéis de qué estoy hablando. Para los que este año será su primera vez os advierto que la sensación vuelve a ser indescriptible. La noche vuelve a ser mágica. Incluso desde varios días antes. Uno se convierte en Rey Mago en esas compras a escondidas de tu hijo, en esa forma de buscar escondites imposibles en la casa, en esa forma de envolver y colocar regalos mientras duermen, y sobre todo, en esa forma de intentar averiguar cuál es el regalo preferido por tu hijo sin preguntarlo directamente.

Esta es una de las claves. Ir a comprar directamente el regalo con la persona que lo va a recibir hace que se pierda todo el encanto, toda la magia. En ese momento se es “Rey”, pero no “Mago”.

Saber a ciencia cierta qué te encontraras bajo el árbol de Navidad la mañana de Reyes es como ver la repetición de un gol, como ver un partido en diferido, como que te cuenten el final de un libro o una peli… Se pierde lo más bonito: la ilusión, el factor sorpresa,…

Los Reyes Magos son los padres cuando sabemos quién y qué nos van a regalar.

Los Reyes Magos existen cuando recibimos un regalo inesperado.

Por favor, regalad algo inesperado, ESO SERÁ UN GRAN REGALO.

Por favor, cuidad todos los detalles para ser los “Reyes Magos” de vuestros hijos el mayor tiempo posible, ESA INOCENCIA LES HARÁ MUY FELICES.

¡¡Comparte!!

Diez frases que no debes decirle JAMÁS a tu hij@.

Padre-reganando-a-su-hija

Hoy, tras observar perplejo la regañina que le ha caído a un niño en la consulta, me vino a la mente el post de Tatiana Ivanko, que tanto éxito tuvo hace unos meses en las redes sociales, llamado El método del “bolígrafo verde”.

Básicamente habla de la costumbre de resaltar con bolígrafo rojo lo que no es correcto. Esa tendencia de resaltar la parte negativa de las cosas perdura hasta la etapa adulta y esa es una de las razones de nuestra sensación de insatisfacción en la vida. Ella propone resaltar “en verde” las partes positivas, que seguramente al analizarlas son muchas más que “las rojas”.

Lo podéis leer haciendo click aquí.

Siguiendo esa corriente hoy quiero proponer 10 frases que debemos intentar NO DECIRLE JAMÁS A UN NIÑO:

1- “A ver si aprendes de tu amigo Pablo”. Esto no hará que el niño se fije en cómo lo hace Pablo, sino más bien lo contrario, provocará una reacción de rechazo por envidia a Pablo.

2- “Eres muy malo”. Estaremos estigmatizando al niño, convenciéndolo de esa afirmación. Acabará convenciéndose de que es malo.

3- “Eres un mentiroso”. Igualmente, lo estigmatizará, y además el acabará convencido de que es un mentiroso. Acabará mintiendo porque el asume el rol de mentiroso.

3- “No vas a aprender nunca”. Esta afirmación frenará una de las cosas más bonitas que tiene la infancia, las ganas de aprender. Reprime al niño, lo convierte en incapaz.

4- “Si sigues haciendo eso, no te querré”. Esta sí es realmente una afirmación peligrosa para el autoestima de un niño. Debe quedar muy claro que nosotros los queremos PORQUE SÍ, SIEMPRE, INCONDICIONALMENTE. Eso no significa que no debamos intentar modular su comportamiento, pero con el amor no se chantajea.

5- “No me quieres nada”. Es el lado contrapuesto al punto anterior. Debe quedar claro que con en el amor no caben chantajes.

6- “Eres un desastre”. Nuevamente asumirá éste como su papel, pensará que nosotros pensamos realmente eso de ellos y lo acabarán asumiendo.

7- “Sólo me das disgustos”. Esta es una frase peligrosa. Puede hacer que el niño interprete que es una carga para nosotros.

8- “Verás como se lo diga a papá”. (O el caso contrario: “Verás como se lo diga a mamá”). No debemos hacer que el vea a uno de los padres como “el malo”. Debe ver que hay sintonía entre los padres, así se sentirá mucho más seguro. Si observa que ambos le dicen los mismo acabará convencido de que es eso lo que le conviene y no depende de quién sea.

9- “No llores”. No debemos hacer que reprima sus sentimientos. Si tiene que llorar que llore, que se desahogue. Debemos acompañarlos y protegerlos pero “no son más hombres si no lloran”. No debemos frenar sus sentimientos.

10- “Bien hecho, buen trabajo”. Esta vez pensaréis: ¿pero no es bueno animarlos?. Sí, claro. Un elogio en un momento adecuado es siempre bueno. Pero decirle continuamente, por cada cosa que hace, “buen trabajo” hace que pierda sentido. Es mejor reforzar cosas concretas: “me gustó mucho cuando compartiste tus galletas con Alejandra”.

Ni que decir tiene que todas estas frases, dichas a viva voz en público, especialmente delante de su grupo de iguales tienen un efecto mucho más devastador. Ahí si que habremos roto su autoestima. Asumirán delante de todos el mundo que ellos son así.

Si crees que esta información pueden ayudar a otras familias en la crianza de sus niñ@s,  compártela.

Las particulares 12 campanadas de Cuidar Mi Bebe.

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Hoy no, hoy no voy a hablar de medicina, ni de niños,… Hoy sólo quiero agradecer todo lo bueno que me ha pasado durante este 2015.

Estas son mis particulares 12 campanadas desde Cuidar Mi Bebe:

¡¡Doongg, doongg!! No, aún no, estos son los cuartos. Id preparando las uvas.

Mientras aprovecharé para agradecer muy sinceramente el seguimiento que habéis hecho del blog a lo largo del año. Me ha motivado a seguir escribiendo a pesar del frenético ritmo de trabajo que llevo.

Agradezco todos vuestros “me gusta” (incluso algunos “me encanta”) tanto en perfil de facebook como en los post. Agradezco todos vuestros “comentarios” y aprovecho para disculparme por algunas preguntas no respondidas. Cuando no respondo es porque considero que algunos problemas personales tienen mucho riesgo intentar solucionarlos sólo con un consejo, sin haber visto a un paciente.

Agradezco, igualmente, a todas las familias que pasaron este año por mi consulta, por confiarme su tesoro más preciado: la salud de sus hijos. He intentado estar a la altura, a pesar de que ya sabéis que los retrasos son muy difíciles de manejar.

Uff, que me enrollo, y empiezan las campanadas….

  • ¡¡Doongg, una!! Por mis hijos, José y María, y por mi futura hija Victoria (si todo sigue bien nacerá en marzo), que me mantienen conectado íntimamente a la pediatría y me aportan una visión mucho más “real” de la crianza de los niños. No sólo como pediatra sino también como padre.
  • ¡¡Doongg, dos!! Por mi mujer, Paqui. Por la paciencia infinita que tiene conmigo, por todo el tiempo que le robo con mi trabajo. Por la visión de madre que me aporta de la crianza de los niños y que me hace entenderos mucho mejor.
  • ¡¡Doongg, tres!! Por mis cuñad@s y sobrin@s (tit@s y prim@s), que también me muestran otra manera de ver y sentir la crianza de los niños.
  • ¡¡Doongg, cuatro!! Por mis padres, Diego y María, porque además de la infinita ayuda que nos aportan familiarmente, me aportan la visión de “abuelos”, necesaria también en mi intento de visión global de los niños.
  • ¡¡Doongg, cinco!! Por mis compañeros médicos, tanto del Hospital Virgen del Rocío como del Hospital NISA, porque su compañerismo me mantiene actualizado de una forma más amena.
  • ¡¡Doongg, seis!! Por el resto de mis compañeros de trabajo (enfermer@s, auxiliares, celador@s, limpiador@s, cociner@s…), porque su trabajo es IMPRESCINDIBLE para que la rueda sanitaria pueda rodar sin detenerse.
  • ¡¡Doongg, siete!! Por vuestros niñ@s, mis pacientes, por cada una de esas sonrisas inocentes y sanas cada vez que les doy una “pegatina de valientes”.
  • ¡¡Doongg, ocho!! Por vosotros, cada uno con vuestras circunstancias. Por esa entrega en la crianza de vuestros hijos. Nadie dijo que fuese fácil, PERO MERECE MUCHO LA PENA.
  • ¡¡Doongg, nueve!! Por todos los abuelos, titos, amigos, cuidadores… que acompañaron a los niños a la consulta cuando los padres no pudieron, porque ellos también son IMPRESCINDIBLES.
  • ¡¡Doongg, diez!! Por todos los buenos momentos que nos ha dejado este 2015. Estoy seguro que si os paráis un momento analizarlo superan, con creces, los pequeños baches que tenemos que superar a veces.
  • ¡¡Doongg, once!! Por todas las personas que tengan que atravesar alguna dificultad en el próximo año. Para que sean capaces de sacar siempre alguna enseñanza de esa experiencia
  • ¡¡Doongg, doce!! Por un 2016 cargado de ilusión, esperanza y buenos momentos.

 

¡¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!! , ¡¡¡¡FELIZ 2016!!!!

El ciberbullying y el grooming.

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Creo que las cartas a que recibirán los Reyes Magos de Oriente este año, como todos los últimos y cada vez más, estarán plagadas de objetos y juguetes tecnológicos: tablets, móviles,…

Hoy no voy a entrar a comentar las ventajas y desventajas de este tipo de regalos entre los menores, pero sí quiero hablar de dos problemas a los que los padres debemos estar más atentos que nunca porque su incidencia está aumentando llamativamente debido al uso cada vez más frecuente de las tecnologías en los menores: el ciberbullying o ciberacoso y el grooming.

El ciberbullying  es cuando a través de un teléfono móvil, Internet, redes sociales,…. un menor acosa a otro (amenazas, insultos, coacciones, chantajes,…).

El problema es que al existir una distancia física entre el agresor y la victima, el agresor tiene más sensación de impunidad, y puede hacerlo reiteradamente sin ser visto por nadie (profesores, vecinos, padres, …) como en el caso del bullying “normal”. Esta reiteración puede hacer que las consecuencias psicológicas sean incluso más graves. Uno de los casos más típicos es que una niña envía a través de WhastApp a su amigo una foto comprometida. Ëste la distribuye entre sus amigos y después la chantajean para cortar la cadena de transmisión.

El grooming es también un acoso a través de las nuevas tecnologías (chat, redes sociales, etc.), pero no es entre iguales, sino que el acosador es un adulto y la víctima un menor. Casi siempre habrá una intención sexual explícita o implícita.

Los acosadores, que suelen ser hombres casados, tienen preferencias por menores en edad puberal o prepuberal. Suelen esconderse tras un “perfil” de menor y poco a poco van “abonando” el terreno hasta confesar sus intenciones, pidiendo secretismo. Les convencen de que no deben decirlo a los padres, pues no lo entenderían.

Actúan en 3 fases:

Fase de amistad: comienzan a crear una relación de amistad y confianza para conocer sus gustos y preferencias.

Fase de relación: aumenta el grado de confianza. Comienza a haber confesiones personales e íntimas entre acosador y menor.

Fase con componente sexual: hay petición a los menores de su participación en actos de naturaleza sexual, grabación de imágenes o toma de fotografías.

 

Vistos estos dos problemas, ¿Qué debemos hacer los padres?

 

– Debemos supervisar, sin ser intrusivos (esto es lo difícil) y conocer el uso que hacen nuestros hijos de Internet.

– Establecer un horario para el uso de las nuevas tecnologías.

– Educar en la difusión responsable de imágenes (no enviar a desconocidos, no compartir imágenes comprometidas).

– El uso de Internet y, por supuesto, las webcam debe hacerse en las zonas comunes de la casa.

– Hablar con nuestros hijos de los beneficios y de los riesgos de las nuevas tecnologías y educarles en la autoprotección de datos. Enseñarles que:

-En Internet utilizar pseudónimos o nicks personales que sean conocidos sólamente por un círculo de contactos.

-Sean muy cautos con los datos personales que publican.

No acepten ni agreguen como contactos a desconocidos.

 

Comparte esta información con otras familias si piensas que puede ser de utilidad.

 

 

¡¡Feliz Nochebuena a ….., pero especialmente a ….!!

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Papá, ¿por qué este año tampoco cenarás con nosotros?

Casi con un nudo en la garganta: “Porque algunos niños están malitos y necesitan que los médicos los sigan cuidando todas las noches, también la de Nochebuena”.

Desde Cuidar Mi Bebe quiero desearos una FELIZ NOCHEBUENA Y UN FELIZ DÍA DE NAVIDAD.

Quiero felicitar:

  • A todas las familias que actualmente tienen a todos sus miembros en un buen estado de salud, pero especialmente las que pasarán esta noche en el hospital porque tienen alguno de sus miembros ingresado.
  • A todas las familias que se reunirán completas porque todos sus miembros pueden disfrutar de unas merecidas vacaciones, pero especialmente a las que no podrán hacerlo porque su trabajo no se puede quedar “descubierto” (médic@s, enfermer@s, celador@s, auxiliares, bomber@s, policias, conductores de metro o autobus, ….)
  • A todas las familias que han sumado un miembro nuevo este año (¡¡Felicidades!!), pero especialmente a las que perdieron un ser querido.
  • A todas las familias que cenarán cosas extraordinarias porque uno de sus miembros encontró trabajo este año, pero especialmente a las que no podrán hacerlo porque alguno de sus miembros continua en paro.
  • A todas las familias que mayor o menor humildad celebrarán la cena en su hogar, pero especialmente a la gente que está en la calle, a los “sin techo”, a los refugiados, …
  • A todas las personas que cenarán en comedores sociales, pero también a la gente que colaboró con alimentos y a todos los voluntarios que harán posible que cenen “en familia”.

Que la Navidad sirva para ablandarnos el corazón y comenzar a querer para los demás lo que queremos para nosotros mismos.

Los percentiles y las gráficas de crecimiento.

percentiles-de-crecimiento

“Doctor, estamos muy agobiados porque hemos visto que Martina en la anterior revisión estaba en el percentil 45 y en esta revisión ha bajado al percentil 30. ¿Eso significa que no se está alimentando bien?”

El “mundo de los percentiles” se llega a apoderar de los padres, provocando una “maldita obsesión” porque su hijo esté por encima de la media (percentil 50).

Querido público, es impepinable que solo el 50% de los niños estará por encima de la media y el otro 50% estará, irremediablemente, por debajo de misma, por eso es la media.

Si todo el mundo pretendiese estar por encima de la media, ésta subiría y continuaría dejando siempre una mitad por encima y otra mitad por debajo.

El percentil 50 de peso o talla no es el percentil ideal, solo refleja que la mitad de los niños pesan o miden más y la otra mitad menos.

Intentaré aclarar este tema.

¿Qué son los percentiles?

En realidad “percentil” no es un concepto médico sino matemático, más bien, estadístico.

Indica simplemente el porcentaje de individuos que se encuentran por debajo del valor medido. Es decir, estar en el percentil 40 significa, simplemente, que el 40% de de los individuos están por debajo del valor en cuestión.

En Pediatría, especialmente en los dos primeros años de vida, utilizamos con frecuencia las graficas de crecimiento con percentiles para comparar el crecimiento de un determinado niño con respecto “a su grupo de iguales”. Estas graficas están elaboradas a partir de la medición de muchos individuos y representan la normalidad de crecimiento de los niños sanos de una población. Por tanto, decir que un niño está en el percentil 38 de peso significa simplemente que el 38% de los niños sanos de su edad pesan menos que él. Por otro lado debemos conocer la población de referencia de la gráfica, es decir, a partir de qué individuos se elaboró la gráfica. No es lo mismo si fueron alimentados con lactancia materna, artificial,…

 

Estadísticamente en la mitad de las revisiones de cada día tendré que escuchar: “Doctor, ¿estar en el percentil 25 no es malo?, ¿no es mejor estar en el percentil 80?”

Y yo responder una y otra vez: “Pues ni bueno ni malo. Simplemente nos da un dato comparativo frente a los niños sanos de su edad. ¿Acaso un adulto que mide 180 cm está más sano que el que mide 175 cm? Cada uno es como es”.

Estadísticamente, a la otra mitad, no tendré que darles ninguna explicación puesto que todas las familias se encuentran muy “orgullosas” de tener a su bebé por encima de la media.

Además, como ya expliqué en el post ¡¡Mi niño NO COME!!, hay que conocer las variaciones normales en los ritmos de crecimiento para no agobiarse ante un parón en la curva de peso que es esperable por la edad.

Entonces, si da igual el percentil, ¿por qué los pediatras lo miran?

A los pediatras, más que el percentil en sí, nos interesa la curva de crecimiento que se va dibujando con mediciones seriadas de un niño, porque puede ser un “chivato” precoz de algunos problemas

Si en el seguimiento de un niño observamos un  estancamiento en la curva de crecimiento puede estar indicando el inicio de algún problema, especialmente si coincide con la aparición de algún síntoma.

Por ejemplo, si un niño venía creciendo en una curva de peso entre un percentil 70-90 y a los 7 meses comienza a hacer un estancamiento llamativo, bajando a una curva entre el percentil 25-10 y comienza a presentar diarrea persistente y algunos vómitos, pudiera estar indicando que alguno de los alimentos que introdujimos a esa edad no le está sentando bien. Si introdujimos el gluten habrá que descartar que sea celiaco.

Por el contrario, un niño que siempre ha estado en el percentil 7 de peso y se mantiene ahí, estando asintomático, feliz y contento, no debemos sospechar nada. Simplemente su curva nos indica que un 7% de los niños sanos de su edad pesan aún menos que él.

Comparte este post con otras familias y contribuirás a calmar la ansiedad de muchas familias.

¿Los yogures adaptados para bebés son recomendables?

“Doctor, como mi bebé de 6 meses ya está comiendo las verduritas y la fruta, ¿le puedo dar un yogur adaptado para bebés de postre?”

Las familias que me habéis hecho esa pregunta, que sois muchas, me habréis escuchado decir: “¿Tanto dinero sobra?, pues más vale que os lo gastéis en vacunas o en otros productos para seguridad del bebé”.

La conclusión de todo lo que voy a exponer, por si te resulta pesado es:

Si quieres darle un postre a tu bebé de 6 meses, lo mejor es darle el pecho (y si no un poco de bibe). Y si tu bebé tiene ya 8-9 meses y quieres darle yogur, dale un yogur normal (mejor natural). El dinero que se ahorre lo puede utilizar para otras cosas, por ejemplo, vacunas.

Intentaré aclarar el porqué de esta conclusión:

La leche es alimento principal de un bebé. De hecho, la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, es la “única verdad absoluta” en la alimentación de un bebé. A partir de entonces, casi todo es discutible y negociable. Hay quien comienza por los cereales, otros por la fruta… y adie podríamos decir que lo hace mejor ni peor que nadie. La mayoría de las veces son costumbres de una determinada sociedad, o incluso de un determinado pediatra.

Como ya vimos en el post de “Las leches”, miles de años de evolución han hecho que los humanos toleremos bastante bien la leche de vaca. Pero la leche de vaca “normal” tiene muchas proteínas y muchas sales, por lo que no se recomienda tomar de leche de vaca como tal hasta el año de vida.

Las empresas que se dedican a fabricar alimentos para bebés han conseguido, con bastante exactitud, crear fórmulas lácteas bastantes parecidas a la leche materna. El proceso fundamental en la elaboración de estas leches consiste, aparte de “enriquecerlas” con hierro y otras sustancias, en reducir el nivel de proteínas (la leche materna contiene unos 0,9 g de proteínas por cada 100 ml  mientras que la leche de vaca tiene unos 3,3 g por cada 100 ml).

La leche artificial de inicio (tipo 1) contiene aproximadamente entre 1,2-1,4 g por cada 100 ml y la leche artificial de continuación (tipo 2) contiene aproximadamente entre 1,5-2,2 g por cada 100 ml.

Hasta aquí podemos estar bastantes satisfechos con los productos elaborados.

Pero, la pregunta de hoy es ¿Qué aportan de extraordinario los yogures adaptados para bebés?

Hay muchas más, pero creo que las dos principales “mentiras” de estos productos son:

  • Se publicitan como si estuviesen hechos con leche de continuación y, sin embargo, tienen aproximadamente 3,5 g de proteínas por cada 100 g (¡¡incluso más que un yogur natural normal!!), es decir, demasiada cantidad de proteínas para un bebé.
  • Están “enriquecidos” con hierro y otros nutrientes. Las propias empresas publicitan estos yogures para niños mayores de 6 meses, es decir, para niños que han iniciado la alimentación complementaria. A esta edad los bebés han comenzado a diversificar su alimentación (frutas, verduras,…) y lo que le pudiera faltar a la leche de vaca “normal”, lo lleva el resto de la alimentación.

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¿Son tan malos los corticoides?

“¿Corticoides otra vez?, ¿y no le puede mandar otra cosa? Es que tiene 20 meses y ya ha tomado corticoides en dos ocasiones. Me han dicho que tienen muchos efectos secundarios, ¿verdad?”

Intentaré aclarar esto, pero si eres de los que no lees los post hasta el final, quiero que te quede claro que los corticoides habituales (estilsona, budesonida,…), a las dosis habituales, NO producen efectos secundarios.

¿Qué son los corticoides?

Los corticoides son hormonas que se producen en la glándula suprarrenal (unas glándulas que tenemos justo encima de los riñones).

Estas hormonas son muy importantes ya que controlan el estrés, intervienen en la inflamación y regulan las secreciones de otras hormonas.

Estas hormonas se han logrado reproducir en el laboratorio y es muy frecuente su uso en la medicina.

¿Qué tipos de corticoides existen?

Podemos clasificar los corticoides de muchas maneras:

  • por su potencia: baja, intermedia y alta potencia.
  • por su vida media: cuanto mayor es la vida media significa que más tiempo mantienen su efecto. Por ese motivo la pauta de dosificación será diferente en función de qué corticoide utilicemos.
  • por la vía de administración: vía oral (en pastillas o gotas), vía inhalatoria (en diferentes tipos de aerosoles), pinchados (por vía intramuscular o intravenosa), tópicos (en formas de cremas, colirios,…).

¿Para que se utilizan?

Son muchos los procesos que los médicos controlamos gracias a los corticoides.

Son de especial importancia en enfermedades autoinmunes o reumatológicas (artritis reumatoide, síndrome nefrótico, lupus,…).

Pero el post de hoy va referido, sobre todo, a los usos superfrecuentes de los corticoides en la patología del día a día.

De éstas, las más habituales son:

  • Bronquitis o crisis asmáticas: En las crisis lo utilizamos casi siempre por vía oral (el más usado es la Estilsona). En crisis moderadas o graves puede ser necesario administrarlo por vía parenteral (el más conocido es el Urbason). También pueden utilizarse por vía inhalatoria como tratamiento preventivo en niños con bronquitis recurrentes (el más conocido es la Budesonida).
  • Laringitis: dependiendo del tipo y de la intensidad de la crisis lo utilizaremos por vía inhalatoria (el más usado es la Budesonida) o por vía oral (Estilsona, Fortecortin, Zamene, Dexametasona, …)
  • Dermatitis atópica: en función de la intensidad del brote los utilizaremos de forma tópica (en forma de lociones, cremas o ungüentos) en casos de brotes leves-moderados. Para brotes moderados-severos pueden ser necesarios por vía oral.
  • Fimosis: en ocasiones puede ser necesario la aplicación de una crema de corticoides para facilitar la liberación de las adherencias.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

  • Por déficit de corticoides: Como he dicho, los corticoides son hormonas naturales y al ser administrados externamente, si lo administramos durante mucho tiempo y a dosis medias-altas, pueden frenar las glándulas suprarrenales. El problema es que si suspendemos el tratamiento bruscamente, el cuerpo se queda sin corticoides y esto puede alterar todas las constantes vitales. Por esto, en tratamientos prolongados, hay que hacer una reducción paulatina de la dosis, para que los corticoides naturales vayan progresivamente “tomando el mando”.
  • Por exceso de corticoides: estos son que todo el mundo conoce y por los que tienen tan mala fama los corticoides. Pueden ser muchos: obesidad, osteoporosis, hipertensión, hiperglucemia, disminución de crecimiento, estrías, bajada de las defensas,… Hay que decir, que a pesar de ser muy conocidos, son extremadamente infrecuentes cuando los utilizamos en ciclos cortos (tratamientos de menos de 7-10 días de duración).

En conclusión, y resumiendo, los efectos secundarios de los corticoides utilizados en los procesos habituales (bronquitis, laringitis, dermatitis atópica,…) son inexistentes. De todos modos, NO es recomendable la automedicación. Consulta a tu pediatra.

 

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¿Es aconsejable el uso del tacatá?

tacatá

Doctor, mi cuñada me quiere regalar un tacatá. ¿Qué le parece a usted?, ¿Es recomendable su uso?”

Mi respuesta: “Bueno, pues lo que me parece es que como no dudo de la buena intención de su cuñada, es mejor que en vez de regarlarle “un peligro”, le regale “un seguro”. Por ejemplo, una vacuna”.

Considero que es importante aclarar ciertas cuestiones sobre el uso del tacatá tras la “accidentada” consulta de ayer: dos niños con un traumatismo craneal al haber salido rodando escaleras abajo con el tacatá. Por cierto, os dejo las recomendaciones sobre qué debéis vigilar en un traumatismo craneo-encefálico, pinchando aquí.

¿Es recomendable el uso del tacatá?

La respuesta es rotunada y clara: NO.

Precisamente cuando unos padres están pensando en el uso de un andador o tacatá es porque quieren “liberarse” un poco de su bebé. Suelen, además, preguntarlo las familias que tienen un bebé muy inquieto, o de alta demanda, que se dice ahora. “Es que ya no puedo más”, me decís. Pues precisamente eso lo hace aún más peligroso. Repito, NO es recomendable el uso del andador, pero si lo utilizásemos debería ser precisamente bajo una estrecha vigilancia.

Como el bebé va sujeto por arneses al andador, cuando cae por las escaleras los hierros del tacatá protegen sobre todo las piernas del bebé. Es por esto que se suelen golpear, casi siempre, en la cabeza.

Incluso cuando no se caen y lo vuelcan, la altura que adquiere el niño que va montado en el andador, es justo la de la zonas salientes de las casas, sobre todo los picos de las mesas, con las que acabarán golpeándose antes o después.

Y lo que es peor, al ir montados en el tacatá, adquieren una autonomía de desplazamiento que no les corresponde a su edad. Esto puede hacer que lleguen a alcanzar objetos peligrosos (recipientes con agua caliente,…).

Creo que este ejemplo será muy clarificador: montar en un tacatá a un bebé es como dejarle una moto de 600 cc a una persona que nunca haya montado. El piñazo está asegurado.

Los datos oficiales son: según el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría el uso del andador cuadriplica el riesgo de caída por una escalera, duplica el riesgo de fractura por caída por una escalera y además adelanta la edad de caída por una escalera de los doce a los ocho meses. También aumentan el riesgo de quemaduras y de intoxicaciones.

Incluso en algunos países como Canadá está prohibida su publicidad y comercialización.

Y, ¿andará antes si utiliza el tacatá?

Este es uno de los falsos mitos que hace que muchas familias utilicen el andador. Nada más lejos de la realidad.

Si a esa edad un bebé no anda es porque aun no está preparado. Es como pretender que un bebé de un mes diga “papá” si se lo repetimos continuamente.

A esta edad suelen estar en la fase de gateo e irse incorporando a ratitos, con sujeción. Esto hará que las piernas del bebé se vayan tonificando y vayan identificando su centro de gravedad y sus puntos de equilibrio.

Al utilizar en andador el niño identificará unos puntos de equilibrio que no son los “reales” cuando ande sin andador.

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