El “corte de digestión”.

niño corte digestión

Os pongo en situación. Más de una se verá reflejada porque sois muchas las que me lo habéis preguntado de una u otra manera en la consulta en los últimos días.

Padres lanzándome un guante para que sea yo quien regañe al niño:

Doctor, dígaselo usted. ¿verdad que no puede bañarse hasta pasadas dos horas después de haber terminado de comer?”

Y yo con cara de sorpresa:

¡¿Como?! ¿Aún seguimos con el falso mito de las dos horas de digestión? ¿No hubo bastantes horas de baño perdidas en nuestra generación para continuar martirizando a nuestros hijos?”

Ya escribí hace unos meses de algo similar en el post de “¿Se puede bañar un bebé después de comer? Lo podéis leer pinchando aquí.

Voy a aclarar el tema del corte de digestión.

El nombre real de lo que todos conocemos como “corte de digestión” es “síncope de hidrocución”.

Consiste realmente en que al sumergirnos en agua, por el reflejo de inmersión, sobre todo si ésta está fría, la diferencia de temperatura provoca una reacción tal en el cuerpo que se inhibe la respiración y la circulación sanguínea, que puede provocar un síncope.

Todos hemos tenido la desagradable experiencia de que de pronto el agua de la ducha esté “helada” y tener la sensación de que no podemos respirar, ¿verdad?

Pues eso, eso mismo, pero más exagerado. Podemos llegar a sincoparnos (marearnos).

Los niños más mayorcitos y los adultos pueden sentir escalofríos, nauseas, visión borrosa y zumbidos en los oídos previamente al mareo.

La cuestión es que si nos mareamos en ducha puede que nos demos un buen golpe, pero no más. Pero si el síncope o mareo ocurre en el mar, en la piscina o en cualquier otra zona de baño nos podremos ahogar. Sería un ahogamiento por corte de digestión.

Cuanto más marcada es la diferencia entre la temperatura corporal y la del agua más probable es que se produzca. Es precisamente ahí donde surge el falso mito porque es cierto que tras la comida, por la propia digestión, aumenta la temperatura corporal (especialmente si nos damos un “homenaje”) y, por tanto, aumentan las probabilidades de que si nos sumergimos bruscamente en agua fría se produzca un síncope por hidrocución. Pero el proceso nada tiene que ver con la digestión sino con el cambio brusco de temperatura.

El síncope se puede producir por el propio calentamiento corporal del verano, por haber practicado ejercicio físico intenso,… o por muchas otra causas. Nada tiene que ver la digestión.

Por tanto, y como consejo, para prevenir el “corte de digestión” lo que hay que hacer es evitar la exposición prolongada al sol, la práctica de ejercicio físico intenso antes del baño, evitar comidas muy copiosas antes del baño, evitar la entrada brusca en agua fría.

Se debe entrar poco a poco, mojándose la nuca y las muñecas, para que el cuerpo se vaya adaptando poco a poco a la temperatura del agua.

Si consideras importante esta información, compártela.

Tu hijo no es el mejor hijo por… ni tu mejor la mejor madre por…

madre hijo

Tu hijo no es el mejor hijo por…

comer cada 3 horas desde el primer día,

ni por aguantar toda la noche del tirón desde que tenía dos meses,

ni por ser muy risueño,

ni por comer estupendamente todos sus pures,

ni por obedecer sin rabietas,

ni por sacar buenas notas en el cole,

ni por ser el mejor de su equipo de futbol,

Los que comen cada hora,

los que se despiertan por la noche cincuenta veces,

los malos comedores,

los llorrones,

los que tiene muchas rabietas,

los que sacan malas notas,

los que no son titulares en le equipo de futbol,

también son los mejores hijos para sus madres.

Porque un hijo es un hijo, y sólo por eso ya es el mejor hijo del mundo.

Eso no depende de la comida, ni del sueño, ni de las notas,…

Tú no eres la mejor madre del mundo por…

haberle dado el pecho durante diez meses,

ni por haber renunciado a tus aspiraciones profesionales,

ni por haber pedido una excedencia para cuidarlo en casa,

ni por llevarlo de la mano al colegio cada día,

Las que dieron biberón,

las que continuaron sus sueños laborales,

las que llevaron a su hijo a la guardería,

las que no pudieron llevarlos de la mano cada día al cole,

también son las mejores madres para sus hijos.

Porque una madre es una madre, y sólo por eso ya es la mejor madre del mundo.

Eso no depende de la lactancia, ni de la guarde,…

Sólo una cosa es segura:

Tú eres la mejor madre del mundo para tu hijo y

tu hijo es el mejor hijo del mundo para ti.

Valorar los pequeños detalles…

mamá cáncer y bebe

Recientemente la madre de unos hermanitos que veo habitualmente en mi consulta ha sido diagnosticada de cáncer.

No es el primer caso de los últimos meses, pero siempre te coge por sorpresa. En el momento que te enteras no sabes muy bien qué decir. Necesito, como cualquiera, tiempo para digerir cualquier mala noticia.

El problema en ese momento es que la consulta has de terminarla con “dignidad”. El paciente siguiente no tiene por qué enterarse de qué ha ocurrido en la consulta del paciente anterior. En cierto modo una consulta médica es como un confesionario. Por muy dramático que sea un tema comparado con otro a cada cual le importan sus problemas. La consulta tiene que seguir.  Debes intentar contagiarte rápidamente de la afortunada banalidad de la mayoría de las consultas e, incluso, terminar la consulta con una sonrisa.

Sí, puedes continuar esforzándote al llegar a casa. Intentar que los “problemas” de la gente no afecten a tu familia. Y casi lo puedes conseguir. Puedes preparar la cena, bailar con tus hijos en la cocina, contarles un cuento, arroparles, darles un beso e irte a la cama.

El problema, en ocasiones, es que cuando parece que ya superaste el mal bache del día y intentas dormir aparece en tu cama una señora muy preguntona que se llama conciencia y te suelta:

“¿Te acuerdas de la madre de…? Sí, la del cáncer, la de esta tarde. ¿Entendiste bien todos sus miedos? Es normal que esa mamá estuviese muy preocupada, ¿verdad? Preocupada por la incertidumbre de su diagnóstico y de su evolución. Preocupada por cuál será su tratamiento (cirugía, quimioterapia o radioterapia) y preocupada por saber si será capaz de tolerarlos. Preocupada por si le quedarán secuelas. Preocupada, al fin y al cabo, por su vida. Preocupada por la eventualidad de un desenlace fatal.”

Y la señora conciencia te insiste:

“Pero no tenía sólo esas sus preocupaciones. ¿Te diste cuenta? Estaba atormentada porque su enfermedad no frustrase su maternidad. Le aterraba pensar cómo influiría su enfermedad en la vida de sus hijos. Pedía a gritos que alguien le ayudase a hacer entender a sus hijos que aunque mamá algunos días no estuviese en casa (eran previsibles bastantes ausencias para las cirugías, sesiones de quimioterapia,…) la dinámica familiar no se viese muy afectada. Recuerdas cuando te preguntó: Y ahora José María, ¿quién dormirá a mi chica? Si ella sólo sabe dormirse en mis brazos. Te estaba mostrando que son muchos los pequeños detalles que muchas veces los médicos no valoráis cuando hacéis un diagnóstico”.

Y la conciencia te vuelve a insistir una vez más:

“¿Te diste cuenta cuando te preguntó cómo debía contárselo al mayor, al de cinco años? ¿Te diste cuenta cómo trago saliva su pareja en ese momento? ¿Te diste cuenta que en ese momento ya no pudo contener las lágrimas? De la misma manera que intentas tú en la consulta que no se noten las preocupaciones de un paciente para el siguiente, esa madre pretendía que no se afectase la dinámica familiar durante la recuperación del postoperatorio y los días tras las sesiones de quimioterapia, como si a mamá no le pasase nada. Quería y deseaba muy fuertemente que ya que la enfermedad estaba truncando su maternidad, no se afectase la crianza de sus hijos.”

Cuando todo el mundo duerme continúas pensando y te vas dando cuenta que la persona  que se encuentran en una situación límite valora cosas muy cotidianas, valora los pequeños detalles de cada día, valora el tiempo de “estar” en familia, un beso, un abrazo, una sonrisa,…

 

Con estas situaciones te das cuenta que la felicidad no debe ser el objetivo sino el camino hacia ella.

 

Carpe diem. Disfrutemos de nuestros hijos.

¿Cuánto cuesta ser madre?

madre preocupada

No, no es este un post de economía. No voy a hablar de cuántos pañales gasta un bebé cada día, ni cuánto cuestan las vacunas, ni la ropa del bebé, ni el carrito, ni las veinte mil cosas más que lleva asociado el nacimiento de un bebé.

Todo esto es caro, sí. Pero hay un coste mayor, el de la maternidad.

Ni que decir tiene que EL ALTÍSIMO COSTE DE LA MATERNIDAD SE VERÁ DE SOBRA RECOMPENSADO CON TODO LO QUE UN HIJO APORTARÁ.

Pero hay una parte negativa en ser madre.

Los hombres lo vivimos de una manera diferente: ser padre, reconozcámoslo, es más fácil.

Pero ser madre, desde el mismo momento en que una mujer se lo plantea, supone muchas renuncias. El simple hecho de plantearte ser madre, tal y como tenemos planteada la sociedad actual, supone en sí mismo renunciar laboralmente a muchas cosas, a muchas aspiraciones.

La mayoría de las mujeres trabajadoras sufren (muchas veces en silencio) con simplemente pensar cómo lo dirán en el trabajo, cómo se lo tomará su jefe, como se lo tomarán sus compañeros y, peor aún, cómo se lo tomarán sus compañeras (a veces, parece mentira, son las propias compañeras quienes más critican la futura maternidad de una compañera)

En el mismo momento que una mujer se entera de que está embarazada, junto con la superalegría del milagro de la vida, empieza a sentir otros miedos: ¿cómo toleraré el embarazo?, ¿tendré nauseas?, ¿se formará bien mi bebé?, ¿cómo cambiará mi cuerpo?,… y empiezan las primeras renuncias: tabaco fuera, alcohol fuera (sí, mientras tu pareja brinda con una buena copa de vino por su futura paternidad tú y tus miedos brindáis con agua),…

Conforme se va acercando el parto, mientras el futuro papá piensa ya en cómo de orgulloso paseará por el parque con su futuro bebé, la futura mamá piensa en otro momento que la tiene atemorizada: el parto. ¿Seré capaz de parir?, ¿me dolerá mucho?, con lo pudorosa que soy ¿será capaz de superar mi vergüenza y estar desnuda y a grito “pelao” en el paritorio?, ¿seré capaz de soportar ese dolor?, ¿irá todo bien?, ¿me harán la cesárea?,… Todas estas dudas se las comerá en silencio, a veces a escondidas, buscando vídeos de partos en youtube. Todo por el miedo a decir que tiene miedo.

Una vez que nace la criatura, incluso yendo todo perfecto, los miedos de la recién mamá continúan. Mientras papá celebra con los cuñados la venida del nuevo miembro de la familia, la cabeza de mamá no puede dejar de pensar en ella misma: ¿se contraerá bien mi útero?, ¿cicatrizará bien la episiotomía?,… y en su bebé: ¿me cogerá el pecho?, ¿me subirá le leche?,…; ¿será capaz de dar el pecho delante de toda esta gente que se está acumulando en la habitación?…

En el idílico supuesto de que todos los baches descritos hasta ahora (preparto, parto y postparto) se hayan ido superando adecuadamente, la cabeza de mamá tendrá que seguir estando bien amueblada, a pesar de todos los comentario de suegras, vecinas e incluso papás (“pues yo creo que no tienes suficiente leche”, “no lo cojas tanto que se va a acostumbrar”, … y los veinte mil “pues en mi época…”, “pues yo con los míos…”)

Continuamos. En dos semanas papá estará incorporado al trabajo y vendrá contando orgulloso cómo todos sus compañeros le preguntan por el bebé, por las malas noches,… mientras mamá en casa, todo el día cuida de su bebé (¡no se le vaya a ocurrir decir que está cansada si lleva todo el día en casa!, “¡las malas noches son para los dos y yo encima estoy trabajando!”).

Sí, pues precisamente ese es otro miedo de mamá. Que no sabe si volverá a trabajar. Que a más de una compañera no la renovaron después de la baja.

A medida que el bebé va creciendo los miedos continúan los miedos. Los miedos  y renuncian continúan siempre, pero hay una cosa que cambia y es que vas descubriendo que COSTE DE LA MATERNIDAD ES MUY ALTO PERO COMIENZA A SER RECOMPENSADO CON TODO LO QUE UN HIJO APORTA.

Hoy quiero dar las gracias a todas las madres y reconocer todo el esfuerzo que supone la maternidad.

¡¡Gracias, cariño!!

 

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¿Qué hacer ante una picadura?

picadura insectos

Sois varias ya las familias que os habéis puesto en contacto conmigo en los últimos días porque vuestro hijo tiene “ronchas” en la piel, producidas por picaduras de insecto.

“Doctor, a mí me parece que son por la oruga procesionaria, pero me han dicho que ya no es época. ¿Serán de pulga?, ¿o de mosquito? Es que ella tiene la sangre muy dulce. Todos los insectos se van a ella”.

Ya el año pasado escribí varios post sobre estos temas.

En el post “Y a ti que te pica…” hablaba de cómo podemos intuir qué tipo de insecto ha provocado las picaduras, según el aspecto y los síntomas. Podéis repasarlo pinchando aquí. Y dediqué uno específico a las urticarias por orugas procesionaria, que es motivo de revuelo todos los años. Todos los años acuden “autobuses” enteros cargados de niños porque en el mismo día, al recogerlos de la guardería (donde hay unos pinos en el patio), prácticamente todos tienen las manos hinchadas y se han llenado de ronchas.

También aclaré qué tipo de repelentes existen y cuáles se pueden utilizar en niños. Pinchando aquí lo podéis repasar.

En este post seré más práctico.  Aclararé las principales dudas:

¿Qué insecto le ha picado?

Y qué más da. ¿Acaso vamos a salir a buscarlo para decir que no vuelva a hacerlo?

La actitud va a ser la misma sea el insecto que sea. Sólo en le acaso de que sea una abeja, y el agujón esté claramente visible, podemos intentar extraerlo (para evitar la entrada de veneno).

¿Qué debo hacer?

Pues lo primero intentar evitar las picaduras. Para eso:

  • Evitar los paseos a la caída del sol cerca del agua.
  • Para ir al campo, sobre todo si hay agua cerca, utilizar camisetas de manga larga y pantalón largo, mejor si las prendas son de algodón y de colores claros. Los zapatos deben ser cerrados y con calcetín.
  • Utilizar repelentes eléctricos y mosquiteras para dormir y en los carritos de los bebés utilizar redes protectoras.
  • Poner collar antipulgas a los perros caseros.

Sí, lo has leído bien: SÍ SE PUEDEN UTILIZAR REPELENTES ELECTRICOS (sí, de esos, de los que se enchufan) aunque haya bebés en casa.

Si a pesar de intentar evitar la picadura ésta ya se produjo:

  • Normalmente suele ser suficiente con lavar con jabón y refrescar con agua fresca la zona de la picadura.
  • Si el picor es mayor, se puede aplicar alguna barrita o roll-on con calamina o amoniaco.
  • En casos más exagerados, con picor muy intenso, puede ser necesario incluso la administración de antihistamínicos o corticoides tópicos.

¿Cuándo debo consultar al médico?

– Si la zona de la picadura presenta una inflamación muy importante (si se produce en la boca o la nariz puede obstruir la entrada de aire).

– Si aparece una reacción generalizada con mucho picor (urticaria).

– Si la zona de la picadura se pone muy roja y caliente y, sobre todo, si aparece fiebre (ya que esto puede indicar que se ha sobreinfectado la zona).

 

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

¡¡Bendito desorden!!

 

medico llorando

Llegar a casa después de una guardia donde en varias ocasiones tienes que hablar con alguna familia para informarle de que su hijo se debate entre la vida y la muerte: Estamos en una situación muy delicada. Su vida pende de un hilo. La suerte está prácticamente echada, tenemos que esperar a ver cómo responde,… Ganar o perder “el partido” depende ya sólo de qué lado caiga la pelota que ha golpeado la red… Debemos cruzar el Gran Cañón del Colorado sobre un fino cable, como un funambulista,… al otro lado del cañón está LA VIDA, debemos ir muy despacio y con gran delicadeza y además esperar que

Muchos ejemplos para intentar hacerles comprender lo delicado de la situación.

Aguantar silencios muy incómodos, habiendo tragado mucha saliva y habiendo respirado muy profundo antes de transmitirles toda la información. Aguantar el chaparrón no es fácil… Sobre todo cuando te imaginas que podrías ser tú quien está al otro lado.

Se supone que estamos preparados para esto, pero creedme, no es nada fácil. Somos de carne y hueso. Sí, también tenemos sentimientos. Hay situaciones que te sobrepasan. Hay momentos en que empatizas tanto con algunas familias que no puedes evitar pensar como ellos. Te sales de tu papel de médico y sólo piensas “la vida es muy injusta, los niños no deberían sufrir,…” Sí, también lloramos.

Cuando sales de la guardia, después de 24 horas con el nivel de adrenalina por las nubes e intentando que no interfieran los sentimientos en tus “razonamientos médicos” es cuando, a veces, te derrumbas.

Te montas en el coche como un autómata, alguien habla en la radio que tu no escuchas,… Ese día tú no conduces, es el coche quien te lleva. Tu cabeza, tu pensamiento siguen con ese niño, con esa familia,… Rompes a llorar… Ahora sí, ahora ya no eres el médico, eres una persona que ha vivido en primera persona el sufrimiento de un niño, de una familia y te puedes desahogar agusto. Puedes llorar en el coche, ahí ya nadie de te ve. Y si te ven, da igual. En ese momento ya no eres el médico, eres una persona con todo el derecho del mundo a desahogarte. El llanto te “purifica”.

Llegas a tu casa aún con los ojos aun inyectados, pero ya más tranquilo.

Llegas al salón y pareciera que hubiese pasado por allí un escuadrón de infantería: mochilas por el suelo, paredes manchadas de rotulador, batidos derramados en la mesa…

Otros días eso te enerva, pero hoy piensas ¡¡Bendito desorden!!

Soy muy afortunado. Mi profesión me hace vivir sensaciones al límite. Me ayuda a diferenciar lo importante de lo esencial.

¡¡Bendito desorden!!

Fotodepilalición en el embarazo y la lactancia.

Young woman receiving epilation laser treatment

“Doctor, quería que me aconsejara. Antes de quedarme embarazada me estaba haciendo la depilación laser. Al enterarme que estaba embarazada lo dejé. Quería saber si ahora puedo retomarla. El problema es que estoy dándole el pecho a mi bebé. He escuchado de todo y me da miedo dárselo”.

Ya hablé en otra ocasión sobre otro problema de estética que atormenta a algunas mujeres durante el embarazo, como es el de teñirse el pelo. Podéis leerlo pinchando aquí.

Hoy toca desmontar el falso mito de que no se puede dar el pecho y fotodepilarse.

Si eres de las que no lees los post hasta el final te diré que sí, que sí puedes fotodepilarte y continuar dando el pecho, que no son incompatibles.

Si te gusta saber el por qué de las cosas, comenzamos.

Las esteticistas (no todas, ¿eh?) suelen emplear el argumento de que se producen un gran cambio hormonal en las mujeres durante la lactancia. Realmente no les falta razón. Es cierto que se produce un cambio hormonal en las mujeres lactantes, pero vamos a ver que éste no influye en el crecimiento del vello.

Las hormonas principales de la lactancia son la prolactina y la oxitocina, que se encargan respectivamente de la producción de la leche y de favorecer la eyección de la misma.

Tampoco las hormonas típicamente femeninas, los estrógenos y la progesterona, influyen significativamente en el crecimiento del vello. Estas hormonas se encargan fundamentalmente de regular el ciclo menstrual.

El crecimiento del vello corporal está asociado al nivel de andrógenos (hormonas masculinas), que corresponden a la testosterona, la androsterona y la androstendiona de la mujer. Los niveles más elevados de andrógenos en los hombres hacen que tiendan a tener más vello que las mujeres.

Podemos comprobar, por tanto, que las hormonas responsables del crecimiento del vello, nada tienen que ver con las hormonas involucradas en la lactancia materna.

Además, el láser no “atraviesa” la glándula mamaria y por tanto no puede, de ninguna manera, afectar a la calidad de la leche, ni siquiera aunque se estén depilando la axila o la areola mamaria.

Por tanto, podemos decir que la fotodepilación no interfiere en la lactancia.

 

“Doctor, ¿y durante el embarazo, puedo hacerme la fotodepilación?”

Los láseres  que se utilizan en la fotodepilación penetran entre 4,5 y 5 milímetros como máximo dentro de la piel, por tanto, parece imposible que se produzca afectación del desarrollo embrionario por la fotodepilación.

Pero en este caso, bastaría que algo durante el embarazo no fuese correctamente para que la mamá pudiese martirizarse pensando que puede ser debido a la fotodepilación, sobre todo si la depilación fue en la zona púbica, perineal o abdominal.

En este caso os diré que si te has fotodepilado sin saber que estabas embarazada, no te preocupes, no hay ningún estudio que demuestre la relación del láser de fotodepilación y las anomalías fetales.

Pero si estás embarazada quizás, por tu salud mental, para que no te martirices, lo mejor será elegir otros métodos de depilación durante el embarazo.

Comparte esta información y tranquilizarás a muchas madres que están actualmente embarazadas o lactando.

Sangrado nasal o epistaxis. ¿Qué hacer?

epistaxis

Doctor, mi hijo lleva tres noches seguidas manchando la cama de sangre. Sangra por la nariz. Al despertar la cama parece la matanza de Texas. Ya le pasó el año pasado por esta fecha. ¿A qué se debe?, ¿qué puedo hacer?”

El sangrado nasal, o epistaxis (ya sabéis que a los médicos nos gusta ponerle un nombre extraño a cualquier cosa), se debe casi siempre a la rotura de una pequeña vena de la zona anterior de la nariz (los médicos la llamamos área de Kiesselbach).

Es más frecuente en niños entre los 2 y los 12 años. Es muy raro que un bebé de pocos meses sangre por la nariz.

Es también es más frecuente en primavera, sobre todo en niños con alergia y picor nasal. A veces la sequedad nasal o la congestión de los catarros favorecen el sangrado.

Los factores anteriores, es decir, la impulsividad de los pequeños y las molestias nasales invita a éstos a “buscar petroleo” frecuentemente. Pero en ocasiones el sangrado se produce espontáneamente, sin que el niño se haya hurgado.

Aparte de lo escandalosa que es la sangre siempre y lo que mancha, el sangrado nasal no suele tener importancia.

Lo único que debe preocuparnos de un sangrado nasal es que tarde mucho tiempo en cortarse.

Si tarda más de media hora en cortarse es conveniente descartar un trastorno de la coagulación o un aumento de la tensión arterial. Esto ocurre en menos del 10% de las ocasiones.

¿Que debemos hacer para cortar el sangrado?

Esta es la madre del cordero. Hay tantos mitos y creencias populares como con la pelusa para el hipo (que si levanta el brazo del mismo lado del sangrado, que si pon la cabeza hacia atrás,…)

Lo que realmente hay que hacer es comprimir.

Esto se puede hacer comprimiendo con los dedos, haciendo pinza sobre la nariz o introduciendo algodón o gasas en la nariz. El problema de ésto, sobre todo en el caso del algodón es que tras retirarlo pueden quedar algunas pelusillas que producen picor y nuevamente el niño volverá a tocarse.

Resumiendo, el sangrado nasal es muy frecuente en niños pequeños en esta época por tocarse. Debemos comprimir durante unos minutos y si tras media hora el sangrado no ha cesado, es conveniente acudir a urgencias.

Comparte esta información.

“Porque todos lo tienen…”

niña copia

Esta es la justificación universal. Sirve para todo, ¿verdad?

Nuestros hijos la utilizan continuamente.

  • ¿Por qué quieres ese….? Porque todos mis amigos lo tienen.

  • ¿Por qué quieres celebrar allí tu …? Porque todos mis amigos lo celebran allí.

Y eso parece ser motivo suficiente para merecer cualquier cosa.

En otros tiempos se arreglaba rápido: “Y si Fulanito se tira a un pozo vas tú detrás, ¿no?”. Eso hacía entender rápidamente que cada uno era cada uno, con sus circunstancias únicas y especiales. Sabías qué cosas podías pedir y qué cosas no tenías por qué molestarte en pedirlas. Sabías que por tu cumple no te iban a regalar una Play, ni por tu comunión un viaje a Eurodisney,… Te podrían regalar un lápiz y un cuaderno en tu cumpleaños o un juegos de compases en tu comunión. Eso sí, sabías que esos días eran mágicos para tí, te lo pasabas pipa. Venían todos tus amigos a casa y con un botellón de refresco de 2 litros y una tarta de galletas y chocolate el banquete estaba finiquitado. Pero entonces empezaba lo bueno. Imaginación al poder: el escondite, la rayuela, el elástico,… hasta que anocheciese, y entonces, para casa.

También sabías que no todas las celebraciones eran iguales, las había mejores y peores. Eso no era motivo de frustración, simplemente te situaba en tu realidad.

Y lo que estaba claro es que todos los actos tenían sus consecuencias. Las cosas había que ganárselas, había que merecerlas.

Haced memoria. Todos los padres tenemos (sí tenemos, yo también) guardados algunos juguetes del día de los Reyes Magos que no han vuelto a jugar con ellos. Algunos en sus cajas, que no llegaron a abrir porque se quedaron embobados con el papel de otro regalo. Ni se acuerdan. La capacidad de pedir del ser humano es infinita. Basta con tener una cosa para estar deseando ya otra.

De verdad, ¿es necesario tanto?

Lo peor de todo es que los padres de hoy utilizamos el “como todos lo tienen” para justificar todas las cosas que hacemos a sabiendas de que no es correcto: “ es que como todos los tienen…”, “es que como todos lo celebran allí…”, “es que como todos…”

Pero, ¿no habíamos quedado en que en “nuestra época” no era así?

Entonces, ¿por qué pensamos que no regalar una Play en un cumpleaños puede crear una gran frustración que acabará en una grave depresión?

¿Es que no sabemos qué argumentar al “como todos lo tienen…”?

Pues lo que nos decían a nosostros: “Y si Fulanito se tira a un pozo vas tu detrás, ¿no?”.

Seamos originales y así nuestros hijos serán originales.

Si ellos ven que hacemos las cosas porque todo el mundo las hace así les estaremos enseñando que deben hacer lo que haga todo el mundo, aunque sea tirarse a un pozo.

Recordad: “no se puede superar a alguien si le seguimos sus pasos”.

No despreciemos sus capacidades. Invitémoslos a desarrollar su valía. Pero “su valía”, la suya propia, no la de Fulanito. No vaya a ser que al final a Fulanito le dé, de verdad, por tirarse al pozo.

Si estás de acuerdo, comparte.

Si tienes una sugerencia, deja tu comentario.

¿Qué te gustaría que fuese tu hij@ de mayor?

profesiones

Planeando y planificando las actividades extraescolares para el curso siguiente surgen muchas dudas: “¿le apunto a lo que le guste o a lo que a mí me hubiese gustado hacer?”, “¿actividad sólo de ocio o algo que además pueda reforzar su formación escolar?”, “¿lo apunto en el “mejor” sitio o el de al lado de casa para que vaya con sus amigos del cole?”,…

Si además, como es mi caso, tienes más de un hijo surgen además los problemas de logística: “Si apunto a uno a inglés de cuatro a cinco no puedo acercar a la otra a gimnasia artística a esa hora, pero si van en horas diferentes me puedo pasar toda la tarde de taxista,”

Además, cuando ya tienes todo más o menos cuadrado, aparece Murphy con su ley, y tienes que replantear toda la organización nuevamente porque se ha vuelto, nuevamente, imposible.

Es en este momento donde te paras, tratas de encontrar por qué quieres que tu hijo haga todo ese tipo de actividades y piensas, ¿pero realmente es necesario todo esto?, ¿le aporta algo como persona a mi hijo?”

La pregunta final es:

¿Qué me gustaría que mis hijos fuesen el día de mañana?

Inicialmente parece que la respuesta rápida es un gran rico empresario guapo, con mucho dinero,… o un prestigioso médico,…

Sin embargo, estamos hartos de ver personas cómo personas que suponemos que han triunfado laboralmente, económicamente,… ellos mismos reconocen que se consideran FRACASADOS en la vida.

Por tanto, cuando trato de responder a la pregunta de qué me gustaría que mis hijos fuesen de mayor es:

  • Personas que fuesen capaces de quererse a sí mismas, sin complejos, tal y como son, con todo lo que tienen y con todo lo que les falta.
  • Personas positivas, capaces de encontrar el lado positivo de las cosas. Personas que piensen que incluso un fracaso es una gran victoria, porque de él sacaron una enseñanza. Personas alegres, divertidas, …
  • Personas capaces de querer y ayudar a todas las personas que tengan a su lado, e incluso a las que están muy lejos de ellos (eso es lo que yo llamo solidaridad).
  • Personas con una opinión formada sobre todo lo les afecta y capaces de defenderlas sin tapujos. Y a la vez ser capaces de respetar, convivir y amar a las personas que no comparten estas ideas.

En definitiva, me gustaría que dijeran de mis hijos que son BUENA GENTE.

Por tanto, si cualquiera de las actividades (inglés, patinaje, kárate, natación,…) sirve para ir desarrollando los valores de amistad, solidaridad,… bienvenida sea, sea la que fuere. Si sólo valen para rellenarles el tiempo de actividades, ¡a la porra!, les estaría robando parte de su vida.

¿Y a ti?, ¿Qué te gustaría que tu hijo fuese de mayor?